Talibe, significa estudiante, de hecho tiene la misma procedencia que la palabra talibán. Pero en senegal un Talibé es un niño cuyos padres "si los tiene" lo han mandado a estudiar a una escuela coránica, a cargo de un señor llama marabú (morabito). Con frecuencia son niños procedentes de familias muy pobres y numerosas que ven en ello la posibilidad de darle una mínima "formación" al niño y por qué no decirlo quitarse una boca que alimentar. Estos niños no son educados, simplemente son echados a la calle para que con una pequeña palangana pidan, y lo que saquen, se los dé al morabito (que es como el "profesor"). Incluso altas autoridades del gobierno tienen escuelas coránicas como negocio, así que no tienen el mayor interés de solucionar el problema. De hecho, aquí no parece que sea ningún problema para ellos, tener niños en la calle, sucios, muchos enfermos, hambrientos, etc.
Sin embargo, no podéis imaginar la alegría que transmiten estos niños a poco que establezcas conversación con ellos. Y no digamos ya si les das un caramelo o cualquier otra tontería, enseguida se ríen y juegan contigo. Les encanta que les hagamos fotos y después se las enseñemos. ¡Se parten de la risa!.
Todos los días "robamos" fruta, pan y algún zumo del hotel y se los damos a los que están reunidos en la puerta del hotel o en la del hospital. Y entonces es una fiesta. Es una sensación que se ha de vivir, es difícil de contar y menos de imaginar.
Hemos visto muchos de esos niños en las consultas y por supuesto todos tienen parásitos intestinales, tiñas, sarna, heridas diversas infectadas, impétigo, paludismo, y en fin otras muchas cosas. Sin embargo son de hierro y lo soportan todo.
Ayer dimos una vuelta por el mercado de Kaolack. Es uno de los más importantes en tamaño de Senegal. Las "niñas" del grupo compraron telas para hacerse trajes, van a estar guapísimas!!. Regalos para vosotros la verdad que no hay mucho, no os hagáis ilusiones.
La sensación en el mercado es tremenda. El bullicio es increíble. Sale gente de todos los rincones, todos te saludan y te pasas todo el trayecto diciendo "bon soire, ça va?". También, lógicamente, te intentan vender lo que sea, pero no son demasiado pesados. El mercado no se parecen en nada a lo que podáis imaginar.
Ana: "Hay dos tipos de mercado, el que está en la calle, y otro en el que tienes que entrar. Una vez que atraviesas su puerta, te encuentras en un mundo diferente a todo lo que conocías antes. Entre ruinas, basura y malolor hay tiendas maravillosas de bordados, colores que ni siquiera te puedes imaginar, en un orden perfeco. Sastres que te hacen la ropa en el momento y a medida, pasillos llenos de zapatos en perfecto orden, exóticas esencias naturales para elaborar tu propio perfume, todo tipo de abalorios de los más variados colores. Un verdadero laberinto de vida, y como la propia vida, tiene su propio encanto."