Modou Kara Faye fue un muchacho de 16 años llegó a España desde Senegal, para reencontrarse con su padre (la madre quedó en Senegal) y para que le amputaran la pierna derecha a la altura de medio muslo. El cáncer para entonces, ya se le extendía por los pulmones. En su terca rebelión contra la muerte, Modou había adquirido una rara madurez, consciente de la libertad que había perdido tanto con el cáncer como con la amputación de una de sus piernas. Con el cuerpo deshecho por las sesiones de quimioterapia, su caso era presentado como terminal por los doctores de la planta de oncología.
Fue descubierto por alguien en la planta de oncología del hospital de Alicante. Más tarde con la ayuda de la cruz Roja y unos amigos pudo participar, poco antes de su muerte, en el II foro social de las artes celebrado en Valencia en 2003. Para él esa ocasión fue un regala de hacer oir sus poemas hechos desde el silencio y la angustia. Os dejo uno de los que más me gustan, se llama "Quiero ser hombre":
Quiero ser el hombre de la tierra
La mujer, el niño, la tierra, aún la tierra
Pero nunca ser
Un viejo con corazón carroñero
El malvado vertebrado
Nunca el hombre que pudre
Cuanto es bello
Quiero vivir sin permiso
Reír sin permiso
Llorar sin permiso
Quiero bailar sin permiso
Odiar sin permiso
Perdonar sin permiso
Quiero morir sin permiso
Pudrirme sin permiso
Llegar a ser flor sin permiso
Brotar como hierba silvestre
Ser tierra y mar sin permiso
Sin permiso ser sueño
Sin memoria sin rostro
Quiero hacer callar de vergüenzas la noche
Sin permiso resonar como tam-tam salvaje
Sin permiso gritar
Libertad
Puede que mañana seamos viejos
Con tantos soles en nuestros corazones
Tanto amor por vivir
Tantos ecos locos por contestar
Tantas ofrendas en que empeñarse
Tantas sendas noches en las que dejar
la huella de nuestra juventud
Quizá mañana seamos sí
por fin compañeros del invierno